Seguro que muchas nos hemos hecho esa pregunta y es que el sujetador es una prenda muy delicada que llevamos durante gran parte de nuestro día a día. Por eso es indispensable que esté en buen estado y que nos aporte la comodidad que necesitamos en cada ocasión.
En este artículo despejaremos todas las dudas que tengas sobre la caducidad de los sujetadores.
¿Cómo sé cuando mi sujetador ha pasado a mejor vida?
Hay una serie de aspectos en los sujetadores que te dejarán bien claro que necesitas una renovación. Estos son los que siguen:
- Los tirantes se caen. La primera señal que nos indica que tenemos que cambiar de sujetador es cuando notamos que los tirantes se caen y no se mantienen bien sujetos sobre los hombros.
- La tira se nos sube por la espalda en lugar de quedarse horizontal.
- Los aros se clavan o no se quedan en su sitio. Esto se debe a que el metal con el que se han fabricado ya se ha deformado tras muchos usos.
- La copa no recoge el pecho como lo hacía hace algún tiempo, está floja.
- Simplemente no sujeta. Lo sabemos cuando al caminar nuestro pecho cimbrea o se mueve en exceso.
¿Cómo alargo la vida de mi sujetador?
Aunque nosotras siempre recomendamos cambiar las prendas interiores, hay algunas cosas que se pueden hacer para alargar la vida del sujetador un poco más.
- Cómpralo a medida. Es algo muy obvio, pero es la principal razón que hará que nuestro sujetador nos dure más tiempo.
- Lávalo con delicadeza. Es preferible el lavado a mano que con la lavadora, especialmente cuando el sujetador tiene bordados o detalles de encaje.
- Alterna los sujetadores. Como mínimo usa de dos a tres modelos para que así tengan oportunidad de retomar su forma y garantizar su uso por más tiempo.
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